lunes, 25 de noviembre de 2013

Abrazos a cuenta

Volví a la vida de estudiante; a las noches sin dormir, a las tardes enteras resumiendo fotocopias en letras, que si tuviera algún problema de vista, no podría ni intentar leer; llegué para conocer y reconocer a mis compañeras de piso, para reencontrarme con mis primas, mis muy variad@s y dispers@s amig@s-si coincidieran en un evento, como por ejemplo mi fiesta de cumpleaños, tendría material para hacer hasta 5 tesis distintas-mis compañer@s, a los que de una u otra forma termino extrañando y hasta las desestresantes ordas de cabras que se agolpan en la zona limítrofe a mi facultad.
No esperaba mucho, porque siempre la distancia y el tiempo cambian las circunstancias y la mayoría de las veces, el tren se va sin que te des cuenta y las personas y los momentos se pierden, quizá para siempre. Me alegró, saber, que esta vez, no fue así.
Charlie, una de mis mejores amigas, dice que soy asquerosamente arisca, y tiene razón, pero naturalmente, le replico y le digo "Hasta que entro en confianza". Cuando nos vimos tras la vuelta a clases, en abril del año pasado, ella me abrazó y yo me sentí incomodísima. Se dio cuenta. Recién al final de cuatrimestre, mientras terminábamos un parcial, le di un abrazo, delante de la profesora y todos mis compañeros. Se me quedó mirando anonadada...
 Lo repito, las personas con las que me relaciono habitualmente, sean amigos, un poco más que amigos o un poco menos, son muy pero muy distintas. Es por eso, que extrañé humores, formas de ver el mundo, acentos y modos de hablar que aunque son diametralmente opuestos no dejan de ser importantes en mi vida.
Me costaría imaginar el año sin escuchar el acentito caribeño de una, la voz chillona de otro; sin comer la comida vegetariana de alguna, la improvisada de otra; sin escuchar a tal criticar al gobierno y a tal otro apoyarlo fervientemente, sin reírme a carcajadas con las bromas de algunos, sin crear frases entre bizarras, ridículas e ingeniosas con otros o  estar semanas pensando y encontrándole mil sentidos distintos a los razonamientos cerrados de X o buscar forma de retrucarle a tal otro que su 2+2 no siempre le puede dar 4.
Recordé, mientras volvía a casa, tras encontrarme con un par de amigas, que sin pensarlo dos veces, me abrazaron a mí, antes de que tuviera tiempo de reaccionar, que durante la semana anterior también me había encontrado con varias personas y a ninguna de ellas le había dado un abrazo. Recordé también, que cuando las volví a ver sentí lo mismo que con mis amigas, una mezcla de ansiedad, tensión, alivio, euforia y hasta felicidad. Estaba feliz porque los volvía a ver.
"Puta madre" me dije. "¿Por qué no les dije que estaba feliz de verles?, ¿por qué en vez de darles un beso o la mano no los abracé?"

sábado, 2 de noviembre de 2013

Amish 2.0. Franja Morada y la militancia estudiantil

Año tras año, las elecciones estudiantiles desvelan a quienes día a día militan en la facultad casi como si fueran la final de un campeonato mundial. Si bien, suele no haber sorpresas en cuanto a quiénes ganarán el podio, todo el folklore y hasta la mística que tienen alrededor las hace un acto digno de seguir y presenciar.
Son cientas las agrupaciones que año tras año participan a lo largo de tres días de toda la "movida" que implica elegir quién conducirá el centro de estudiantes, sin embargo, algunas facultades presentan particularidades con respecto a otras y no siempre la presencia de una agrupación en una de ellas garantiza que en otra su impacto o implicancia dentro de la puja electoral sea similar.
Fundada en el año 1967, Franja Morada es la agrupación política estudiantil que cuenta con presencia en una mayor cantidad de facultades dentro de las universidades nacionales de Argentina. Se reconoce como Reformista, por seguir los principios que quedaron enmarcados durante la-hasta ahora única-Reforma Universitaria ocurrida durante la presidencia de Yrigoyen en 1918 y progresista o de centro-izquierda o socialdemocracia, siendo también el brazo militante-estudiantil de la Unión Cívica Radical, partido fundado en 1891 por Leandro N. Alem.
Hace unos días, un militante de una agrupación peronismo-kirchnerista twitteó una foto en su cuenta bajo el epígrafe "hallazgo: militantes radicales", dando a entender que tanto la militancia morada como el radicalismo se encuentran en plena decadencia desde 2001 en adelante, como efecto rebote por la caída del Gobierno de Fernando De la Rúa. 
Sin embargo, no hay nada más alejado de la realidad, al menos, la que se presenta dentro de la UNLP. En las últimas elecciones, la Franja, ganó la conducción de los Centros de Estudiantes en Ciencias Agrarias y Forestales, Derecho y Económicas, donde este año cumplirá, en caso de que nuevamente gane, 20 años al frente del Centro, resultó ser minoría de claustro en Arquitectura, Ciencias Astronómicas y Geofísicas y Veterinaria pero obtuvo resultados más modestos en Bellas Artes, Ciencias Exactas, Naturales y Museo, Humanidades y Ciencias de la Educación, Informática, Odontología, Periodismo y Psicología. Sólo en la facultad de Trabajo Social no tiene presencia.
Un desfile de camisetas que van de la gama del bordó al violeta circulan principalmente por calle 48 de un lado a otro. En La Plata, las facultades de Derecho y Económicas distan menos de una cuadra de la casa radical Ricardo Balbín, situada sobre 48 entre 6 y diagonal 80. Pareciera ser que los "morados" siguieran la lógica de su partido, que más que expandirse y despilfarrar ideología por doquier se encierra hacia el adentro y refuerza en sus militantes un nivel de identificación que en otros partidos u agrupaciones es difícil de ver. Esta particularidad también se da con respecto al nombre, los colores y los logos que la agrupación usa para diferenciarse de otras; estando en Córdoba, Rosario, Mendoza o La Plata, Franja Morada se llamará Franja Morada, sus remeras serán moradas, violetas o cuanto mucho rojas. Ya sea en los volantes, carteles u otros soportes gráficos siempre estarán incluidos la pluma y el martillo y/o la imagen de los estudiantes tomando la UNC e izando la bandera argentina sobre uno de los mástiles. 
Todas estas cosas están casi como si fueran las marcas registradas no sólo de una agrupación, sino de una manera de pensar, una forma de hacer militancia y un modelo definido, un proyecto a seguir de facultad y de universidad.
Es por eso que la Franja pareciera haber logrado articular una coexistencia perfecta entre los aspectos dominantes, residuales y emergentes de la militancia estudiantil. Combinó de una forma hasta envidiable valores que podrían considerarse antiguos, obsoletos o fundacionales, con los modos, las exigencias y las restricciones que exige la militancia hoy en día. Y sus militantes pudieron hacer hacer que con el paso de los años, el reformismo como corriente siguiera vigente pese a los embates del tiempo y más allá y por encima de las luchas que se daban dentro y fuera de la política en diferentes escalas. Mantuvieron una coherencia ideológica que es difícil de ver en otras corrientes políticas que según la década en la que se encontraron fueron, por caso, menemistas, kirchneristas, duhaldistas, etc. El militante de 1967 y el de 2013 son iguales, pero diferentes, "morados, reformistas y radicales" y sí, son un hallazgo, un modo de hacer anclado entre lo instituido y lo instituyente, creando nuevos horizontes, pero sin dejar de lado sus viejos principios. Inmunes al tiempo, lo trascienden.