"Son esos ratitos que me das en los que es mucho mejor no hacer más fuerza y dejar que si se va el corazón, que si se va que se vaya, no lo echaremos en falta"
Son quince cuadras que me parecen eternas, en las que siento que no me dan las piernas para caminar un paso más pero sigo caminando, respiro, camino, respiro hondo una vez más y sigo caminando.
Así voy, así llego, así te veo venir y me veo llegar.
Caliento motores en Parque Saavedra, agarro mi mochila llena de libros y boludeces y empiezo la recorrida. Miro para todas partes antes de cruzar y cruzo una calle tras otra. Atravieso plaza Moreno no sin antes preguntarme si es cierto que las estatuas hacen cuernitos o si la Catedral está abierta o si alguna vez volveré a alguna misa.
Ya cuando hice diez cuadras siento que no doy más, que me puedo desarmar, que no puedo correr, pero no puedo dejar de andar, el movimiento es vida y no quiero detenerme.
Paso por casa, dejo mis cosas, junto otras nuevas, me peino, tomo agua y emprendo la recorrida otra vez. ¿Cómo huelo?, ¿tendré mucha cara de rota?, ¿seguirás teniendo esa cana enorme sobre tu cabeza?, tantas preguntas y yo sólo quiero llegar.
Atravieso esa puerta como tantos otros jueves, en los que me cuestiono por qué no soy más linda, más inteligente, más simple o menos cagona. Subo casi por inercia, siento pasos, movimientos y luego el tono terroso de tu voz. Sos vos.
Entro. Dejo mis cosas y me siento.
Dame otro ratito. Qué lindo que es volver a verte. Quisiera que esto dure para siempre.
jueves, 23 de abril de 2015
domingo, 19 de abril de 2015
sábado, 11 de abril de 2015
#ChicLit Vos, yo, nosotros.
Y me abracé a mis piernas, a todo mi cuerpo pensando en vos, pensando en tu existencia, en lo lindo que es saber que estás y que existís.
Es que más allá de lo que pase con nosotros, o con el mundo, aunque todo se acabe, aunque mañana haya un apocalipsis, aunque salga de acá y me pise un tren, el sólo hecho de que me hayas dado ratitos tan felices o hayas sido partícipe y colaborador de lo que siento en este momento me encanta, me desborda. Me inundás.
Sos libre y con vos me siento sin cadenas, me hacés sentir sin ataduras. Con vos yo sigo siendo yo y vos seguís siendo vos y cuando nos encontramos, cuando ocurre ese milagro, esa causalidad tan casual, ese todo que me deja sin nada, también somos nosotros.
No te quiero porque querer es exigirle algo a alguien. Cuando alguien te hace sentir así a la vida no hay que pedirle nada, hay que entregarse, darlo todo y respirar. Gracias por estar, gracias por ser, gracias por hacernos.
Es que más allá de lo que pase con nosotros, o con el mundo, aunque todo se acabe, aunque mañana haya un apocalipsis, aunque salga de acá y me pise un tren, el sólo hecho de que me hayas dado ratitos tan felices o hayas sido partícipe y colaborador de lo que siento en este momento me encanta, me desborda. Me inundás.
Sos libre y con vos me siento sin cadenas, me hacés sentir sin ataduras. Con vos yo sigo siendo yo y vos seguís siendo vos y cuando nos encontramos, cuando ocurre ese milagro, esa causalidad tan casual, ese todo que me deja sin nada, también somos nosotros.
No te quiero porque querer es exigirle algo a alguien. Cuando alguien te hace sentir así a la vida no hay que pedirle nada, hay que entregarse, darlo todo y respirar. Gracias por estar, gracias por ser, gracias por hacernos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)