Y me abracé a mis piernas, a todo mi cuerpo pensando en vos, pensando en tu existencia, en lo lindo que es saber que estás y que existís.
Es que más allá de lo que pase con nosotros, o con el mundo, aunque todo se acabe, aunque mañana haya un apocalipsis, aunque salga de acá y me pise un tren, el sólo hecho de que me hayas dado ratitos tan felices o hayas sido partícipe y colaborador de lo que siento en este momento me encanta, me desborda. Me inundás.
Sos libre y con vos me siento sin cadenas, me hacés sentir sin ataduras. Con vos yo sigo siendo yo y vos seguís siendo vos y cuando nos encontramos, cuando ocurre ese milagro, esa causalidad tan casual, ese todo que me deja sin nada, también somos nosotros.
No te quiero porque querer es exigirle algo a alguien. Cuando alguien te hace sentir así a la vida no hay que pedirle nada, hay que entregarse, darlo todo y respirar. Gracias por estar, gracias por ser, gracias por hacernos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario