«Quino, con cada uno de
sus libros, lleva ya muchos años demostrándonos que los niños son los
depositarios de la sabiduría. Lo malo para el mundo es que a medida que
crecen van perdiendo el uso de la razón, se les olvida en la escuela lo que
sabían al nacer, se casan sin amor, trabajan por dinero, se cepillan los
dientes, se cortan las uñas, y al final - convertidos en adultos miserables -
no se ahogan en un vaso de agua sino en un plato de sopa. Comprobar esto en
cada libro de Quino es lo que más se parece a la felicidad: la quinoterapia.»
Gabriel García
Márquez, 92
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