jueves, 14 de julio de 2016
Híbrido
Quería ser abogada. Hice el secundario en Humanidades y Ciencias Sociales, con orientación en Pedagogía y Educación. En el último mes del último año se me ocurrió que quería estudiar Medicina. Me preparé para eso, me empaché de fórmulas de física, ejercicios de química (esos que aún en mis ratos libres o de mucho aburrimiento sigo haciendo) y hojas enteras sobre taxonomía. Entré, me cansé, dije que no era lo mío, que me gustaba escribir, que me apasionaba contar escribiendo y me mudé, dejé todo y fui a la facultad de Periodismo. No, tampoco estudié Periodismo, sino Comunicación Social, orientada en Planificación, que es un proceso y a su vez una acción, que no sale de los medios, sino desde las organizaciones, desde un cerebro que marca una identidad, una misión, una visión y unos valores. Yo tengo que encontrar modos, tácticas y estrategias para transmitirlos, para incorporarlos y hacerlos tangibles para todos los que compongan esa organización. Igual me gusta la física, igual me apasiona el Derecho, igual entiendo de química. Pero la linealidad me aburre y el saber así como yo y tantas otras cosas vamos en cadena. En esa cadena, me encontré metida en Económicas, estudiando Licenciatura en Administración (no de empresas) y también terminando un Profesorado en Comunicación Social, porque sí, aparte de que me gusta saber, me gusta enseñar. Fui profesora de Lengua durante un cuatrimestre, en un plan implementado por un gobierno del que no era afín y en el que mis clases se basaban hasta en Shakespeare, pero también en Sábato y Galeano. Mi abuelo paterno también fue profesor, sus obras son parte del programa de Literatura Francesa de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO, casa de Altos Estudios de la que se graduó con honores. Sabía hablar francés, griego y latín. Mi papá sabe hablar latín, mi mamá habla muy bien italiano. Cuando era adolescente me metí a estudiar alemán, papá decía que me iba a "derechizar", mamá decía que los italianos y los alemanes tenían "un feeling" especial. Cuando dejé de intentarlo en Ciencias Médicas, dejé alemán, me puse a estudiar inglés, fui la mejor del curso, pero no lo seguí porque me tenía que mudar a estudiar Comunicación, lo mismo pasó con italiano, que lo hice como regular, pero podría haber avanzado más niveles de los que originalmente pretendí. El año pasado hice un curso de francés, este año seguramente lo intente con portugués, aunque quisiera ir a danés o también aprender sobre la cultura irlandesa. Eso soy y puedo ser todo eso y más. Soy infinita, todóloga, reversible, transdisciplinar, camaleónica. Soy, estoy siendo, sería y seré híbrida.
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