jueves, 13 de abril de 2017

El despadre

Quise. Quise mucho, muchísimo poder decírselo, pero me contuve. Ni bien lo contó se me revolvió todo, lo viejo, lo nuevo, lo que ya había pasado y también lo anterior. La entendía y más que nadie, pero ella nunca me entendió. Pasamos por lo mismo, por circunstancias casi calcadas, como si algunas cosas se heredaran casi de manera tan perfecta como la sangre.
Le quise contar todo. Yo también pasé hambre e inseguridad(es); también estuve sola y a la deriva sin poder parar de llorar y también me sentí desesperada, dolida y decepcionada, no sé si con él o con la vida misma, pero salí adelante. Una sale adelante porque no queda nada más, porque no queda de otra, porque no hay otra manera.
Él también relativizó mi cariño; midió en pesos nuestra relación; justificó hasta el hartazgo sus ausencias con un “no sé qué le hice” y desapareció de mi vida, porque a decir verdad, tampoco supo nunca hacerse cargo de la suya.
Cuando no tuve plata para llegar a fin de mes, tuve que vender mi secador de pelo, mi grabador y mi MP3; cuando no tuve qué comer robé de alguna heladera ajena o de la basura, esperé la buena voluntad de alguien a la salida de un negocio o me hice la boluda en algún evento y me llevé las sobras.
Mi él no se diferencia mucho del de ella. No estuvo para prevenirme, ni advertirme, ni consolarme y frente a todo eso, el hecho de no mantenerme fue una nimiedad. Y como fue una nimiedad, en el momento en el que pensé que me ahogaba, pateé más fuerte, salí a flote y empecé a caminar por mis propios pies.
Terminé el colegio y la facultad, hice amigos, viajé hasta donde pude, me afilié a un partido y milité. Cuando dejé de mirarlo a él, me pude mirar a mí y cuando lo hice, vi todo lo que me esperaba, todo lo infinito que podía alcanzar.

Quise mucho, muchísimo poder decírselo, para que sintiera que todo lo que está pasando es transitorio, que como dice la canción “del mismo dolor vendrá un nuevo amanecer” y que de si busca la luz la va a encontrar. Quise decírselo, pero en vez de todo eso, le di un abrazo y me callé. 

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