En 2002 mamá se cansó de ser el chófer de la familia y vendió el auto, era un Peugeot 504 azul
que antes había sido de mi nonno y que por más que quisiéramos ya no daba para más.
Desde ese entonces, tuve que aprender a manejarme en colectivo.
que antes había sido de mi nonno y que por más que quisiéramos ya no daba para más.
Desde ese entonces, tuve que aprender a manejarme en colectivo.
Eran otras épocas, el metrotranvía no estaba ni en los planes, la Mendobus era tecnología avanzada
y no hacía mucho que la facultad de Derecho estaba adentro de campus de la Universidad.
En ese contexto, más allá de los 170/180 que me llevaron a Maipú hasta que terminé el secundario,
el colectivo que más tomaba era el 33 Godoy Cruz/Las Heras.
y no hacía mucho que la facultad de Derecho estaba adentro de campus de la Universidad.
En ese contexto, más allá de los 170/180 que me llevaron a Maipú hasta que terminé el secundario,
el colectivo que más tomaba era el 33 Godoy Cruz/Las Heras.
A veces iba a visitar a mi papá a su facultad, comíamos en el comedor y me atendía en el Damsu.
Durante el verano íbamos a la pileta del club y el año que mis viejos se divorciaron,
yo estaba por empezar el pre; jamás se me planteó otra cosa que estudiar en la universidad pública así
que de antemano ya sabía que iba a vivir prácticamente en el 30, que luego pasó a ser el 3 y después
simplemente el bondi.
Durante el verano íbamos a la pileta del club y el año que mis viejos se divorciaron,
yo estaba por empezar el pre; jamás se me planteó otra cosa que estudiar en la universidad pública así
que de antemano ya sabía que iba a vivir prácticamente en el 30, que luego pasó a ser el 3 y después
simplemente el bondi.
Por ese entonces, el trasbordo tampoco existía y muchas veces salía del colegio con los minutos justos,
me sacaba el uniforme, me cambiaba e iba corriendo hasta el control. Había calculado 48 minutos entre
que salía de casa y pisaba la facultad. Quería ser médica, por culpa de Hollywood, pero esa ya es otra
historia.
me sacaba el uniforme, me cambiaba e iba corriendo hasta el control. Había calculado 48 minutos entre
que salía de casa y pisaba la facultad. Quería ser médica, por culpa de Hollywood, pero esa ya es otra
historia.
Hace casi 9 años me fui a estudiar Comunicación Social a La Plata, pero siempre que volvía tenía
paso obligado por la Universidad; el Damsu seguía siendo mi obra social, las facultades hacían
actividades que me interesaban, podía hacer acelerados de idiomas y cada tanto visitaba a los
amigos que me habían quedado del pre y la secundaria. Por supuesto que seguía viajando en el 33.
paso obligado por la Universidad; el Damsu seguía siendo mi obra social, las facultades hacían
actividades que me interesaban, podía hacer acelerados de idiomas y cada tanto visitaba a los
amigos que me habían quedado del pre y la secundaria. Por supuesto que seguía viajando en el 33.
Después de recibirme volví a Mendoza, ya con la idea de estudiar Inglés en la FFyL, también hice un
curso de Community Manager e iba a cuánto festival hubiera. El bondi ya no tenía el cartelito verde
sino luces LED que marcaban si iba a Godoy Cruz o a Las Heras; en 15 años y hasta ese momento,
jamás había confundido el recorrido, pero una tarde me pasó, por culpa de esos nuevos carteles y
todavía no puedo entender cómo terminé en Las Heras sin saber cómo volver o para dónde ir.
curso de Community Manager e iba a cuánto festival hubiera. El bondi ya no tenía el cartelito verde
sino luces LED que marcaban si iba a Godoy Cruz o a Las Heras; en 15 años y hasta ese momento,
jamás había confundido el recorrido, pero una tarde me pasó, por culpa de esos nuevos carteles y
todavía no puedo entender cómo terminé en Las Heras sin saber cómo volver o para dónde ir.
A partir de febrero de este año, empecé a tomar el 33 todos los días, como hacía hace más de
10 años. Los 48 minutos de casa a la facu a veces eran más y otras menos, dependiendo de los
desvíos que hubiera. Llegué a tomármelo a las 6:30 de la mañana para guardar lugar en la primera
clase del miércoles o a las 22:30 después de haber estado yendo y viniendo por todo el campus.
Esta semana fue la última vez; a partir del 2/01 ese recorrido desaparece y tendré que calcular de
nuevo cuánto me tarda llegar a la Universidad y desde dónde, probablemente me pierda y termine
en Las Heras, Guaymallén o San Juan, pero ya no será una anécdota hasta graciosa y quizá tenga
que levantarme muchísimo más temprano o caminar por lugares que antes había obviado.
Por lo pronto, siento que se me termina una historia y por más que quiera minimizarlo,
no puedo evitar lo agridulce de esa sensación.
10 años. Los 48 minutos de casa a la facu a veces eran más y otras menos, dependiendo de los
desvíos que hubiera. Llegué a tomármelo a las 6:30 de la mañana para guardar lugar en la primera
clase del miércoles o a las 22:30 después de haber estado yendo y viniendo por todo el campus.
Esta semana fue la última vez; a partir del 2/01 ese recorrido desaparece y tendré que calcular de
nuevo cuánto me tarda llegar a la Universidad y desde dónde, probablemente me pierda y termine
en Las Heras, Guaymallén o San Juan, pero ya no será una anécdota hasta graciosa y quizá tenga
que levantarme muchísimo más temprano o caminar por lugares que antes había obviado.
Por lo pronto, siento que se me termina una historia y por más que quiera minimizarlo,
no puedo evitar lo agridulce de esa sensación.
Te voy a extrañar Mercedes Benz con chofer, ojalá con tus nuevos colores y tu nuevo recorrido
llenes de historias a mucha más gente. Yo no te voy a olvidar viejo amigo.
llenes de historias a mucha más gente. Yo no te voy a olvidar viejo amigo.
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