MARTES: UN FLORERO DE BARRO
—El otro día le quise explicar a mi mamá lo que era ghostear y le dije lo del tuit “es que te agarren de atrás mientras hacés un florero de barro“.
Hice silencio y tomé otro trago de cerveza
—Se terminó, me cansé. Voy a dejarlo—dije. Grité, porque la música estaba muchísimo más fuerte que nuestras voces.
Mi amiga se rio, no era la primera vez que yo decía algo así. Frente a sus ojos, tomé mi teléfono, empecé a silenciar todas sus cuentas y borré todos sus chats.
—Eso no es dejar a nadie, solamente lo estás ghosteando y sin un mínimo de responsabilidad afectiva. ¿Vas a desaparecer de la faz de la tierra sin siquiera decirle “me tenés harta, chau“?
Asentí. Nunca fui buena para las despedidas, nunca fui hábil para las despedidas. Me iba a ir sin hacer ruido, como muchas otras veces. Te fallé Elvira Sastre.
—No me parece, lo querés mucho para despedirte con tan poco afecto. —retrucó mi amiga.
—Ninguna relación funciona cuando uno da más de lo que recibe… bueno, algunas sí, pero por escasos, como exageradísimo, 15 minutos.
Ambas reímos.
PUEDO VIVIR SIN VOS, grité, varias veces. Mi voz tambaleó hasta que se me fue del todo.
Ahora no te tenía a vos y tampoco a mi voz.
¿Podría vivir sin vos/z?
(CONTINUARA)
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