jueves, 27 de diciembre de 2018

Braveheart

Era un mar inquieto, era a veces un sueño y otras, la mejor de mis realidades.
Era pura adrenalina, era un viento huracanado, era tempestad.
Era aire y era fuego, capaz de quemarte solo con la mirada, capaz de sofocarte con todo eso que jamás diría.
Él era él, así con todo lo bueno, con todo lo malo. Sulfúrico, volátil, insospechablemente sensible, cruel y hermoso, casi casi como el mundo. Mi...
Él era él.
Él era. Y me gustaba, me encantaba mirarlo dormir; era el ùnico momento en que se reconocía humano, era el el único momento en el que lo sentía mío. 

domingo, 9 de diciembre de 2018

Everlasting

Tuve que aprenderte y aprehenderte para darme cuenta de qué tan efímero o duradero podías ser.
Te enredé y te desenredé con tal de siquiera intentar entenderte.
Te idealicé y te destruí, para después volver a reconstruirte, con todos tus defectos, con todas tus virtudes, pero ya como parte de mi vida.
No pude domarte, nunca lo intenté, jamás lo intentaría. No está en tu naturaleza que puedas callarte, ni seguir órdenes, ni dar el brazo a torcer.
Sos el mar, vas a estar más o menos picado, pero nunca en calma.
Te abracé y junté tus pedazos cuando estabas roto. Te cocí las alas, te dije que podrías ir tan alto como quisieras y que si querías todo, lo podrías todo.
Recorrí kilómetros y kilómetros de camino, solamente para verte dos horas, estar a tu lado y sentirme en paz. Siempre lograste eso, calmarme, apaciguarme, rearmarme, no dejarme dejarte.
Ahora que te vas, ahora que me estás dejando, dejame quedarte, dejame quedarme.
Tuve que cederte y otras veces ganarte.
Fallé. Fue mi error. Tuve que conocerte, volver a desconocerte y buscarte hasta por debajo de las piedras para encontrarnos.
Y tuve que aprenderte, aprehenderte y desaprenderte, para caer en la cuenta de que no quiero que seas efímero. Más bien, quiero que seas para siempre.

domingo, 2 de diciembre de 2018

Sin condiciones

No puedo hacer más. No puedo hacer más cosas, por más de que por vos haría mil y una. Dos mil. Infinitas.
No puedo escocerte las heridas, curarte el alma o juntar los pedazos rotos de lo que alguna vez fuiste.
No puedo reparte, hacerte de nuevo o reconfortante ahora, cuando se que todavía ni siquiera te podés encontrar con vos mismo.
No puedo dejar que te enloquezcas, no quiero dejar que te caigas. No puedo dejarte ir. No quiero dejarte.
No puedo quitarte la lluvia de los ojos, descorrerte el pelo de la frente y confortar te , decirte que todo va a estar bien, que esto ya va a pasar y que es solo un mal trago, o peor aun, un mal recuerdo
No puedo porque a veces siento que ni yo me puedo...
Solo sé que cuando te abrazo y te abraso me puedo olvidar del mundo. Quiero rodearte tanto y tan fuerte como pueda. No me quiero ir, no me quiero bajar.
No puedo muchas cosas, pero si puedo estar a tu lado, en esta también. Sí puedo cubrir tu cabeza con mis brazos, sí quiero dejarte respirar y que me latas justo en el hueco que forman mi cuello, mi pecho y mi hombro... Y que latas cada vez más fuerte.
Lo único que nunca voy a dejar de hacer es quererte sin condiciones. Como a nada, como a mi todo, como a nadie.
Como nunca y como siempre. Sin condiciones.